4. Principales espacios (el espolón, el casino, la iglesia, el domicilio de Ana Ozores,... ) y su simbolismo.

Acudiremos en este apartado al concepto acuñado por Mijaíl Bajtín en su obra Teoría y estética de la novela: el cronotopo, que significa suma del tiempo (cronos) y del espacio (topos). Es decir, tiempo y espacio se convierten en un personaje más de la novela.


En este punto nos centraremos en la importancia de los espacios.

Clarín establece una relación simbólica entre los espacios y aquellos que los habitan. Esto se aplica tanto a los espacios exteriores como a los interiores:

El salón de doña Petronila: extensión de su personalidad y sus valores

La habitación de Ana: metáfora de su alma. Allí están ausentes los hijos y el amor del marido, allí transcurren buena parte de sus pensamientos.

El palacio de los Vegallana: escenario de las diversiones y ocios de la nobleza, abierto a todos.

Fermín de Pas tiene como espacio la catedral, desde donde domina Vetusta a vista de pájaro y elige sus víctimas. Sin embargo, en su casa manda su madre, Paula y, en menor medida, Petra, la criada que sucede a Teresina.

Álvaro Mesía vive en una fonda: falta de responsabilidades, de raíces y de compromisos; pero tiene su espacio propio en el Casino: juega con la gente igual que juega a las cartas o los dados. Y en el teatro, donde va a ser visto y no a ver.