5. Los morfemas derivativos

Estos morfemas aportan un significado que también es estable en la lengua (así, pre- significa 'antes de' o -dor indica 'profesión'), pero añaden nuevos matices de significación que cambian sustancialmente el significado de la palabra en sí. Por ejemplo, la palabra labrar significa 'arar la tierra' y, si le añadimos el morfema -dor, obtenemos labrador, que es la 'persona que ara la tierra'. Es una información muy diferente de la noción de 'masculino' o de 'singular', porque no hemos dado un significado gramatical, sino que hemos creado un significado nuevo. Por todo ello decimos que -dor es un morfema derivativo: se une al lexema para modificar su significado léxico y para crear palabras nuevas llamadas palabras derivadas (que derivan de otras). 

Estos morfemas también se llaman afijos y pueden aparecer en diversas posiciones de la palabra, pero nunca tras los morfemas flexivos. Según la posición respecto al lexema, los morfemas derivativos o afijos se clasifican en: 

•Prefijos. Anteceden al lexema. Cambian el significado de la palabra, pero no modifican su categoría gramatical. Así, si se añade un prefijo a un sustantivo,la palabra resultante será otro sustantivo; si se une a un verbo, la nueva palabra será un verbo, etc. Son prefijos des- en des-hacer, sub- en sub-marino, a- en anormal, etc. 

•Sufijos. Los sufijos se sitúan tras el lexema y antes de los morfemas flexivos,si que es aparecen. Pueden cambiar la categoría gramatical de la palabra, al contrario que los prefijos. Por ejemplo, transforman un verbo en un sustantivo (lavar>lavadora), un adjetivo en un adverbio (feliz > felizmente), etc.

No obstante, hay sufijos que no suelen cambiar la categoría gramatical de la base (aunque a veces es posible) y que sirven para añadir matices subjetivos que muestran la percepción del hablante. Estos sufijos se llaman apreciativos, y siempre se sitúan entre los sufijos no apreciativos (si los hay) y los morfemas flexivos. Según el matiz que añaden a la palabra, distinguimos entre: 

Diminutivos. Añaden el matiz de 'tamaño pequeño' (el -it- de gat-it- o), y también añaden otros valores como 'poca importancia' (un librito del tres al cuarto) u otorga valores de cariño y afecto (una muchach-it- a preciosa). 

Aumentativos. Indican un 'tamaño grande' (caserón) o una 'mayor importancia' (pelot-azo, golpet-azo). 

Peyorativos o despectivos. Aportan un significado negativo a la palabra derivada (pajarr-ac-o, tip-ej-o) , a veces con matices irónicos o incluso de desprecio (fe-uch-o). 


Falsos morfemas derivativos: los interfijos. 

Algunas gramáticas nombran los interfijos dentro de los morfemas derivativos, siendo segmentos que se colocan entre el lexema y el sufijo: cafe-l-it-o, pec-ec-it-o; o entre el sufijo derivativo y el apreciativo: ventil-ador-c-ill-o. Sin embargo, no deben considerarse afijos, pues aparecen por causas fonológicas (esto es, por cómo suena la palabra), pero no tienen significado y no cambian tampoco la categoría de la palabra. No obstante, es útil conocerlos para clasificarlos correctamente.