LÉXICO: LA ESTRUCTURA DE LAS PALABRAS

Sitio: Cursos IOC - Batxillerat
Curso: Llengua castellana i literatura II ~ gener 2020
Libro: LÉXICO: LA ESTRUCTURA DE LAS PALABRAS
Imprimido por: Usuari convidat
Día: miércoles, 8 de mayo de 2024, 19:41

1. La palabra como unidad lingüística

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De manera intuitiva cualquier hablante sabe qué es una palabra: lo, árbol, casita, niños o sacacorchos son palabras. Por eso el Diccionario de la Real Academia dice que una palabra es un 'segmento del discurso unificado habitualmente por el acento, el significado y pausas potenciales inicial y final'. Sin embargo, un análisis más profundo profundo revelará que establecer qué es exactamente una palabra es algo más complicado. Si nos fijamos en los ejemplos expuestos anteriormente, lo puede unirse a las formas verbales: piénselo. ¿Es, entonces, una palabra? Tenemos asimismo el caso de sacacorchos, que está compuesta por dos palabras, saca y corchos. ¿Es una palabra o una sola? Por otra parte, niños es un plural... ¿niño y niños palabras diferentes, o formas de la misma palabra? Además, podemos decir niño, niña, niños y niñas, pero con árbol no podemos decir *árbola, solo árboles. ¿Son, entonces, palabras de la misma manera? ¿O unas son, por así decirlo, “más palabras” que otras?

Para solucionar estas y otras cuestiones la lingüística posee diversas disciplinas que estudian la palabra. Una de ellas es la morfología, que analiza su estructura interna, esto es, qué partes la componen y cómo se relacionan estas entre sí. La otra gran disciplina es la lexicología, que estudia el léxico: el conjunto de palabras de una lengua y sus interrelaciones. Aunque ambas disciplinas se apoyan mutuamente,normalmente decimos que la morfología se ocupa de las partes que componen las palabras, y la lexicología, de los procesos de formación de palabras a partir de esos componentes. Estos procesos se estudiarán en la sexta quincena. Por último, es conveniente citar la lexicografía, que se basa en las disciplinas anteriores para organizar las palabras conformando diccionarios.

2. La palabra según la doble articulación del lenguaje

Como se estableció durante la primera quincena (La comunicación), la palabra es un signo lingüístico formado por un significante y un significado. Es importante recordar ambas nociones, y también una de las características del signo lingüístico: la doble articulación de lenguaje. Vamos a analizar la palabra a través de estas tres nociones:

a) Según la primera articulación, las palabras pueden descomponerse en unidades más pequeñas que siguen teniendo significado. Estas unidades se llaman monemas. Veamos cómo se descompone la palabra gatitos según la primera articulación:


Es decir, entendemos el significado “total” de la palabra gatitos ('mamíferos felinos domésticos pequeños machos') porque entendemos el significado de cada uno de los monemas que componen esa palabra. 

b) Según la segunda articulación, los monemas pueden descomponerse en unidades aún más pequeñas que dan forma al significante, pero no tienen significado. Estas unidades se llaman fonemas y se escriben entre barras.


Sin embargo, decimos que los fonemas distinguen significados porque,aunque no significan nada, si cambiamos un fonema por otro podemos dar lugar a palabras diferentes. Por ejemplo, entre mesa y misa solo el cambio del fonema /e/ por el fonema /i/ hace que sean dos palabras distintas; por eso sabemos que /e/ e /i/ son fonemas y decimos que tienen carácter distintivo (que distinguen significados). En este tema vamos a ocuparnos de las unidades de la primera articulación, que son las que corresponden a la morfología y la lexicología. Los fonemas son unidades lingüísticas estudiadas por la fonología, mientras que la fonética estudia sus características como sonidos.

3. Estructura morfológica de la palabra

Si volvemos al ejemplo anterior, podemos ver fácilmente que la forma de significar de los distintos monemas es muy diferente. Así, gat- nos habla de un animal doméstico, de pequeño tamaño, que pertenece a una familia de reino animal,la de los felinos. Es un significado muy completo, y muy específico a la vez: en gatillo o en el gato del coche no pensamos ya en ese animal, sino en otros significados distintos, que son los que aparecen en el diccionario. En cambio, la -s en gatitos, gatillos o gatos del coche nos indica que hay más de uno de ellos. Nada más. Y significa lo mismo casi siempre que aparece en esa posición: coches, amarillos, familias... en todas estas palabras la -s indica plural. Esto nos dice que existen dos clases de monemas, según la manera de significar:

• Lexemas. Son los monemas que tienen significado léxico, esto es, la información semántica (de significado) principal de la palabra, la información que encontramos en el diccionario. En gatitos es gat-, en cantaba es cant-, en árboles es árbol-, etc. Los lexemas pueden ser independientes, si no necesitan ningún otro monema para ser una palabra (azul, árbol) o dependientes, si necesitan de otro monema para funcionar como palabra (azul-es, árbol-es, perr-o, cant-aba).

• Morfemas. Son los monemas que tienen significado gramatical. Este significado es el que se añade a los lexemas para dar nociones generales y a veces necesarias para una lengua. Por ejemplo, en español debemos indicar el tiempo al conjugar un verbo. Por eso, para conjugar el verbo cantar (o cualquiera acabado en -ar) en pretérito imperfecto de indicativo, al lexema cant- debe añadirse el morfema -aba-: yo cant-aba, tú cant-aba-s, él cant- aba, nosotros cant-ába-mos, vosotros cant-aba-is, ellos cant-aba-n. Así, -aba- es un morfema porque tiene el significado gramatical de 'pretérito imperfecto de indicativo', y lo indica en todos los verbos de la primera conjugación. Muchos de los morfemas son dependientes, pero existen morfemas independientes, como las preposiciones o el auxiliar haber en los verbos: he cantado.


No obstante, los morfemas pueden ser de dos clases, según el tipo de significado que aportan: morfemas flexivos o morfemas derivativos.

                                                                        Algunas cuestiones terminológicas 

Existen diversas escuelas lingüísticas, y cada una de ellas ha adaptado su terminología según ha considerado que esta se ajustaba mejor a sus criterios.Por ejemplo, algunos autores no usan el término monema, sino que solo hablan de morfemas, distinguiendo un morfema léxico (el que hemos llamado lexema y que también recibe el nombre de raíz) y morfema gramatical. En cualquier caso, solo es necesario saber que existen varios términos por si nos encontramos, durante nuestro estudio, con alguno de ellos.

4. Los morfemas flexivos

Los morfemas flexivos no modifican el significado general de la palabra, sino que aportan información necesaria gramaticalmente para que esta pueda existir de forma autónoma y correcta. Por ejemplo, en el caso del morfema de tiempo -aba- en cantaba, hemos indicado que es obligatorio para formar este tiempo verbal y, además, el significado del verbo no cambia: cantar es 'producir con la voz sonidos melodiosos' (RAE). Lo que aporta aquí -aba- es cuándo se produjo (en el pasado) y cómo se produjo (como un proceso inacabado, es lo que llamamos “aspecto”). Los morfemas flexivos a veces son llamados desinencias, y en español son: 

• El género: masculino o femenino. 

• El número: singular o plural. 

• La persona: primera (hablante), segunda (oyente), tercera (ni hablante, ni oyente). 

• El tiempo: presente, pasado y futuro. 

• El modo: indicativo, subjuntivo e imperativo. 

• El aspecto: perfectivo (acción acabada) e imperfectivo (acción inacabada).


Cuidado con el género 

Tenemos tendencia a creer que la terminación -o indica masculino y -a indica femenino. Sin embargo, no es correcto. Por ejemplo, el fantasma es masculino, y la -a no indica femenino: el lexema es fantasma. Para que -o o -a sean morfemas, tienen que oponerse entre sí. Así, en chic-o y chic-a son morfemas flexivos, pero en mesa la -a forma parte del lexema, porque no existe *meso. Los sustantivos en español tienen género gramatical: mesa es femenino, o rayo es masculino. Pero solo cuando la palabra tiene referentes sexuados el género y el sexo tienen relación.

El género y el número son morfemas propios de los sustantivos, los adjetivos y algunos determinativos; en estos casos, a veces se habla de declinación; el número, la persona, el tiempo, el modo y el aspecto son necesarios para el verbo, y se denomina a menudo conjugación.


Distinguir los morfemas flexivos: el morfo cero (Ø) 

En ocasiones es imposible separar los morfemas citados. A veces es porque un solo segmento indica varios morfemas, como en el caso de -aba-, que nos indica a la vez tiempo [pretérito imperfecto], modo [indicativo] y aspecto [imperfectivo]. Pero otras es, simplemente, porque no hay ninguna marca: el es llamado morfo cero. Por ejemplo, en gat-o-s, la -s indica el plural, pero ¿qué indica el singular en gat-o? Pues que no hay nada: sobreentendemos que es singular por ese hecho. Eso es el morfema cero, un vacío que aporta significado. Por eso, cuando queremos marcarlo, ponemos el símbolo Ø. Esto también ocurre con algunos morfemas verbales.


5. Los morfemas derivativos

Estos morfemas aportan un significado que también es estable en la lengua (así, pre- significa 'antes de' o -dor indica 'profesión'), pero añaden nuevos matices de significación que cambian sustancialmente el significado de la palabra en sí. Por ejemplo, la palabra labrar significa 'arar la tierra' y, si le añadimos el morfema -dor, obtenemos labrador, que es la 'persona que ara la tierra'. Es una información muy diferente de la noción de 'masculino' o de 'singular', porque no hemos dado un significado gramatical, sino que hemos creado un significado nuevo. Por todo ello decimos que -dor es un morfema derivativo: se une al lexema para modificar su significado léxico y para crear palabras nuevas llamadas palabras derivadas (que derivan de otras). 

Estos morfemas también se llaman afijos y pueden aparecer en diversas posiciones de la palabra, pero nunca tras los morfemas flexivos. Según la posición respecto al lexema, los morfemas derivativos o afijos se clasifican en: 

•Prefijos. Anteceden al lexema. Cambian el significado de la palabra, pero no modifican su categoría gramatical. Así, si se añade un prefijo a un sustantivo,la palabra resultante será otro sustantivo; si se une a un verbo, la nueva palabra será un verbo, etc. Son prefijos des- en des-hacer, sub- en sub-marino, a- en anormal, etc. 

•Sufijos. Los sufijos se sitúan tras el lexema y antes de los morfemas flexivos,si que es aparecen. Pueden cambiar la categoría gramatical de la palabra, al contrario que los prefijos. Por ejemplo, transforman un verbo en un sustantivo (lavar>lavadora), un adjetivo en un adverbio (feliz > felizmente), etc.

No obstante, hay sufijos que no suelen cambiar la categoría gramatical de la base (aunque a veces es posible) y que sirven para añadir matices subjetivos que muestran la percepción del hablante. Estos sufijos se llaman apreciativos, y siempre se sitúan entre los sufijos no apreciativos (si los hay) y los morfemas flexivos. Según el matiz que añaden a la palabra, distinguimos entre: 

Diminutivos. Añaden el matiz de 'tamaño pequeño' (el -it- de gat-it- o), y también añaden otros valores como 'poca importancia' (un librito del tres al cuarto) u otorga valores de cariño y afecto (una muchach-it- a preciosa). 

Aumentativos. Indican un 'tamaño grande' (caserón) o una 'mayor importancia' (pelot-azo, golpet-azo). 

Peyorativos o despectivos. Aportan un significado negativo a la palabra derivada (pajarr-ac-o, tip-ej-o) , a veces con matices irónicos o incluso de desprecio (fe-uch-o). 


Falsos morfemas derivativos: los interfijos. 

Algunas gramáticas nombran los interfijos dentro de los morfemas derivativos, siendo segmentos que se colocan entre el lexema y el sufijo: cafe-l-it-o, pec-ec-it-o; o entre el sufijo derivativo y el apreciativo: ventil-ador-c-ill-o. Sin embargo, no deben considerarse afijos, pues aparecen por causas fonológicas (esto es, por cómo suena la palabra), pero no tienen significado y no cambian tampoco la categoría de la palabra. No obstante, es útil conocerlos para clasificarlos correctamente.

6. El análisis morfológico de las palabras

El objetivo del análisis morfológico es describir la forma, la composición y el significado de una palabra. Así pues, si analizamos la palabra impresentables con lo que sabemos hasta ahora, obtendremos: