Soluciones a las actividades de autocorrección de El Quijote S1_Q3


Podéis consultar las respuestas a las cuestiones planteadas en las actividades de autocorrección:

1.- Explica cuáles son las diferencias básicas entre la primera parte y la segunda parte de El Quijote.

En la segunda parte de la novela, aparecen unos aspectos nuevos con relación a la primera parte.

En la primera parte no sale ningún otro caballero andante, aparte de Don Quijote, ya que no existían en los siglos XVI y XVII. Pero en la segunda parte nos encontramos con el caballero de los Espejos o del Bosque, y el caballero de la Blanca Luna, tipos reales, que retan a don Quijote a la lucha y se comportan con todo el rigor de las leyes de caballería. En ambos casos, se trata del bachiller Sansón Carrasco, vecino de don Quijote, que utiliza esta treta para devolver al hidalgo a su casa.

En la segunda parte aparece el curioso fenómeno de la literatura dentro de la literatura. Cuando don Quijote y Sancho salen por tercera vez son personajes conocidos por otros protagonistas de esta segunda parte que han leído la primera parte del libro y tienen noticia de sus locuras y aventuras. La acción de la segunda parte está condicionada por este hecho. Don Quijote sigue siendo el eje estructural del relato, pero pierde la iniciativa y son los otros personajes (Sancho, Duques, Sansón Carrasco) los que utilizan a don Quijote

Otro elemento nuevo que aparece en la tercera salida es la entrada de la historia contemporánea de Cervantes en la novela. Lo hace con personajes y situaciones reales. Es el caso del bandolero catalán Perot Rocaguinarda (en la obra se llama Roque Guinart). También, en Barcelona, se narran hechos históricos reales, como la escaramuza naval en la que participa el propio don Quijote.

Y por último, hay que señalar la continuidad en la acción principal. En la primera parte, la acción principal se interrumpe a menudo para dejar paso a narraciones intercaladas. Estos cuentos intercalados fueron criticados como un desacierto de Cervantes, y así lo manifestaron sus contemporáneos. Incluso, en el capítulo X, el bachiller Sansón Carrasco ya le advierte que una de las tachas que ponen los que han leído la historia de Don Quijote es que el relato de El curioso Impertinente no tiene razón de ser porque no tiene que ver con la historia de Don Quijote. Por este motivo, en la segunda parte de El Quijote, Cervantes no deja nunca el hilo de la narración, ya no hay ninguna historia ni cuento intercalado.


2.- Explica cuántas salidas hace en total don Quijote en toda la novela y las principales características de cada una.

Don Quijote realiza tres viajes, concretamente a La Mancha, Aragón y Cataluña. Las dos primeras salidas ocupan la primera parte de la novela, y la tercera se extiende a lo largo de su segunda parte.

La primera salida, la más corta, abarca los seis primeros capítulos de la obra y en ella el hidalgo manchego vaga sin rumbo, como los caballeros andantes, por los caminos de La Mancha, se hace armar caballero, busca aventuras y es devuelto a su aldea por un vecino, maltrecho y apaleado.

La segunda salida comprende todo el resto de la primera parte. Aparece aquí un elemento nuevo y fundamental en la novela, el escudero Sancho, que acompaña a su amo y va a servirle de confidente. En esta segunda salida se dan una serie de aventuras tan conocidas como la de los molinos de viento, la rica ganancia del yelmo de Mambrino; su encuentro con los presos que van a las galeras, donde aparece el personaje de Ginés de Pasamonte; la lucha feroz del caballero contra unos cueros de vino, etc. En esta segunda salida también se incorporan relatos independientes como El curioso impertinente y la Historia del cautivo.

Esta segunda salida se cierra con la vuelta de don Quijote a su pueblo, engañado por sus amigos –cura, barbero, etc.- metido dentro de una jaula y con la convicción de que lo han encantado.

La tercera salida se extiende durante toda la segunda parte de la obra, y comienza un mes después del regreso del caballero de su segunda salida. En esta tercera salida se ve el curioso fenómeno de la literatura dentro de la literatura. Don Quijote y Sancho son personajes ya conocidos por otros protagonistas que han leído la primera parte de la obra. Y esto provoca que una parte importante de esta salida transcurra por tierras de Aragón y son acogidos por unos duques que han leído la primera parte de la novela.

En esta tercera salida llegan hasta Barcelona, donde se narran hechos históricos reales. Y es en las playas de Barcelona donde don Quijote es vencido por Sansón Carrasco, disfrazado de caballero de la Blanca Luna. El falso caballero le impone como obligación volver a su aldea, donde, después de recuperar la razón, don Quijote muere dignamente rodeado de los suyos.


3.- Capítulo 29.- Resume el capítulo del barco encantado. Comenta la reacción final de don Quijote, su estado de ánimo.

Don Quijote y su escudero llegan al río Ebro. Allí ven un pequeño barco sin remos atado en la orilla a un tronco de un árbol. Don Quijote dice a Sancho que este barco lo está convidando a que entre en él y vaya a dar socorro a algún caballero o a otra necesitada persona. Atan al rucio y a Rocinante en la orilla y suben al barco. Avanzan por el río y encuentran en medio de él unas grandes aceñas y don Quijote cree que es un castillo o fortaleza donde debe estar algún caballero oprimido, o alguna reina, infanta o princesa malparada, y hay que ir en su socorro.

Cuando los molineros de las aceñas ven que el barco va a atacarles, salen dando voces y gritando, y don Quijote echa mano de la espada y comienza a esgrimirla en el aire contra los molineros. Éstos se pusieron con sus varas a detener al barco, haciéndolo naufragar y don Quijote y Sancho caen en el agua. Cuando llegan los pescadores dueños del barco y lo ven roto, le piden a don Quijote que les pague los desperfectos. Éste les contesta que con mucho gusto se los pagará a condición de que dejen en libertad a las personas que estaban prisioneras en el castillo. Los molineros le contestan que allí sólo se muele el trigo y don Quijote nuevamente se cree víctima de los encantadores.

Don Quijote se muestra resignado y desesperado de que todo le salga mal, y pide disculpas a quienes cree que están encerrados en el castillo diciendo: "- Amigos, cualesquiera que seáis, que en esta prisión quedáis encerrados, perdonadme, que por mi desgracia y por la vuestra yo no os puedo sacar de vuestra cuita. Para otro caballero debe de estar guardada y reservada esta aventura".

4.- Capítulo 41.- comenta las distintas versiones que dan Don Quijote y Sancho sobre el viaje en Clavileño ¿Qué conclusiones se pueden sacar sobre la situación de cada uno de ellos?

Sancho explica que al estar en la región del fuego se descubrió los ojos y vio a lo lejos la Tierra muy diminuta, como un grano de mostaza, tuvo el cielo a un palmo y medio de él, tocando las siete cabritas, así que se apeó de Clavileño y se entretuvo en jugar con las cabritas: “Me apeé de Clavileño y me entretuve con las cabrillas, que son como unos alhelíes y como unas flores, casi tres cuartos de hora y Clavileño no se movió de un lugar ni pasó adelante”.
 
En cambio don Quijote se extraña de lo que explica Sancho y dice: “O Sancho miente o Sancho sueña”. Él no ha visto nada de lo que explica Sancho, y aquí don Quijote explica las cosas tal como pasaron, parece que se invierten los papeles y que Sancho es quien ve hechos fantásticos, y don Quijote, la realidad. Sancho paso su experiencia por el filtro de la imaginación, con lo que imita un hábito propio de don Quijote.

5.- Capítulo 48.- ¿Qué historia le explica Dª Rodriguez a don Quijote sobre su vida? ¿Qué es lo que le pide la dueña al caballero?

Doña Rodriguez es uno de los pocos personajes de la novela que cree que don Quijote es un caballero de verdad y le pide ayuda en serio para que le devuelva el honor de su hija.

Doña Rodriguez explica su vida a don Quijote y le cuenta que es natural de Asturias y de un buen linaje, pero que sus padres se empobrecieron y la trajeron a la corte de Madrid para que sirviera como doncella de una dama principal. Después sus padres murieron y ella quedó huérfana sujeta a un miserable salario. En este tiempo, un escudero de la casa se enamoró de ella y se casaron y de esta unión nació una hija y al cabo de poco quedó viuda.

Su hija se enamoró de un labrador riquísimo que vive en la aldea del duque, que es su señor. Este labrador, bajo la promesa de matrimonio, burló a su hija y ahora no quiere cumplir su palabra. Doña Rodriguez también se ha quejado al duque pero este no quiere hacerle caso porque el padre del labrador le presta dinero y sale fiador de sus trampas y por esto no quiere enfrentarse con él.

Según doña Rodríguez, el duque no duda en aceptar un hecho injusto con tal de no molestar a cierto hombre del que recibe dinero, afirmación con la que Cervantes insinúa que el personaje ejerce su poder de forma abusiva y que presta más atención a su propio interés que al beneficio colectivo. Es evidente que los duques se dedican casi en exclusiva a distraerse con la caza y otros pasatiempos y que les preocupa muy poco el bienestar de sus súbditos, una mala costumbre generalizada entre quienes ejercían el poder en la época de los Austrias.


6.- En esta obra hay un elemento fundamental: las conversaciones que mantienen don Quijote y Sancho continuamente. Una característica que les define es que se escuchan cuando hablan y escucharse mutuamente les hace cambiar. Comenta la “quijotización” de Sancho y lo “sanchopancesco” que encuentres en Don Quijote.

La diferencia entre don Quijote y Sancho al principio de la novela es muy clara, pero a medida que va avanzando el relato cada vez se van acercando más en su conducta y modo de hablar.

Como rasgos sanchopancescos podemos observar que la actitud de don Quijote se vuelve cada vez más realista, alejada de sus ideales caballerescos. Por ejemplo, en la tercera salida, don Quijote viaja provisto de dinero y paga sus gastos en la venta, sin que quiera hacer prevaler sus derechos de caballero andante.

En cuanto a Sancho, aunque no confunde la realidad con la ficción, en cierta manera acaba entrando en el mundo de don Quijote. Cuando en el capítulo X Sancho dice que ve a tres doncellas, en lugar de tres labradoras, lo hace intencionadamente para salirse del problema en que está envuelto, aunque aparentemente parece que Sancho es el que está enloqueciendo. Al principio del relato se nos presenta como cuerdo, concreto y realista, pero a medida que avanzan los sucesos se advierte en Sancho un proceso de ascensión y complejidad psicológica que deja malparada aquella primera impresión de un rústico con poca sal en la mollera, y su alma se va haciendo tan sutil y compleja como la de su señor.

El pasaje de la novela en que se percibe mejor la influencia moral de don Quijote sobre Sancho es el de la ínsula Barataria, donde el escudero sigue a rajatabla los consejos que le dio su señor para ser un buen gobernante.

A lo largo de la novela, lo habitual es que don Quijote se exprese con el estilo solemne propio de los libros de caballerías y que Sancho recurra a un lenguaje ajeno a todo artificio. En cambio, cuando los dos personajes regresan a casa tras sus aventuras, es el escudero quien entona un rimbombante saludo a su aldea y don Quijote le dice: “Déjate de esas sandeces”. Por otro lado, cuando Alonso Quijano agoniza, se arrepiente de la locura literaria que le llevó a cometer tantos disparates, pero entonces Sancho usurpa el papel de su amo al invitarle a creer en una nueva fantasía: la de hacerse pastor y encontrar a Dulcinea desencantada.

Uno de los aciertos más reconocidos en El Quijote es la viveza del diálogo entre el hidalgo y su escudero. Cada uno de los personajes habla con un lenguaje peculiar. Esta individualización lingüística encuentra su mejor riqueza y profusión en el habla de Sancho Panza. Su habla se mueve en un lenguaje claro y preciso, realista y concreto, y siempre armado con un montón de refranes, frases hechas y expresiones populares. Sancho es, en apariencia, un analfabeto, un tipo que apenas sabe leer y escribir, pero que tiene muy enraizada la sabiduría del sentido común. No tiene mucha ambición, aunque siempre se cree que llegará a gobernar una ínsula, y resulta más bien un hombre simple y llano, pero lleno de astucia y sagacidad. Su lenguaje retrata en cada momento esta tipología del personaje.

A lo largo de la novela, lo habitual es que don Quijote se exprese con el estilo solemne propio de los libros de caballerías y que Sancho recurra a un lenguaje ajeno a todo artificio. En cambio, cuando los dos personajes regresan a casa tras sus aventuras, es el escudero quien entona un rimbombante saludo a su aldea y don Quijote le dice: “Déjate de esas sandeces”. Por otro lado, cuando Alonso Quijano agoniza, se arrepiente de la locura literaria que le llevó a cometer tantos disparates, pero entonces Sancho usurpa el papel de su amo al invitarle a creer en una nueva fantasía: la de hacerse pastor y encontrar a Dulcinea desencantada.

 

7.- Comenta cómo va cambiando la locura de don Quijote a lo largo de la novela.

Don Quijote sólo desvaría en aquello que se refiere a su obsesión y es perfectamente cuerdo en las demás circunstancias.

Esta situación es fundamental en la novela, pues permite que don Quijote sea un personaje complejo, lleno de matices, que va alternando su locura y su cordura según el momento.

En los primeros capítulos de la segunda parte, antes de iniciar su segunda salida, parece que el buen hidalgo ha recuperado el uso de la razón y se comporta con toda la corrección posible, excepto cuando se toca el tema de la caballería que lo transforma de nuevo en don Quijote. Pero hay una diferencia con respecto a la locura de la primera parte. Antes, don Quijote confundía los molinos con gigantes y los rebaños de ovejas con ejércitos. Ahora, en cambio, su locura ya no le transforma la realidad: es la realidad, en todo caso, la que se ha vuelto loca y multiplica, fuera del tiempo histórica a los caballeros.

De manera parecida sucede con el engaño de Sancho respecto a Dulcinea. Cuando amo y sirviente, el día que comienzan la tercera salida, van al Toboso para ver a Dulcinea, Sancho para salir del embrollo en que se encuentra, presenta a tres campesinas que vienen de camino a caballo de unos asnos como si se trataran de la princesa Dulcinea y sus dos damas de honor. El pobre Quijote ya no confunde la realidad y ve sólo lo que hay “Yo no veo, Sancho,… sino a tres labradoras sobre tres borricos”. Los encantamientos de la primera parte ya no cuentan. La única locura es la del ideal caballeresco, y a la realidad se la ve tal como es.

Última modificación: miércoles, 4 de abril de 2018, 23:59