Llama de amor viva, San Juan de la Cruz
LLAMA DE AMOR VIVA ¡Oh llama de amor viva, que tiernamente hieres de mi alma en el más profundo centro! Pues ya no eres esquiva, acaba ya, si quieres; ¡rompe la tela de este dulce encuentro! ¡Oh cauterio* suave! ¡Oh regalada llaga! ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado! Que a vida eterna sabe y toda deuda paga; matando, muerte en vida la has trocado**.
¡Oh lámparas de fuego, en cuyos resplandores las profundas cavernas del sentido, que estaba oscuro y ciego, con estraños primores calor y luz dan junto a su querido! ¡Cuán manso y amoroso recuerdas en mi seno donde secretamente solo moras***, y en tu aspirar sabroso de bien y gloria lleno cuán delicadamente me enamoras! (*) Cauterizar: quemar una herida o destruir un tejido con una sustancia cáustica, un objeto candente o aplicando corriente eléctrica. (**) Trocar: Dar o tomar algo por otra cosa, cambiar. (***) Morar: Habitar o residir habitualmente en un lugar.
|