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El secreto del color de los fuegos artificiales

  • Los fabricantes no revelan las fórmulas que dan color, brillo y viveza a sus fuegos
  • La cohetería nació en China, con la creación de la pólvora en el siglo II

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Fuegos artificiales.
Fuegos artificiales.

Durante las fiestas de Navidad es costumbre, en algunos puntos de España, lanzar petardos y fuegos artificiales como celebración. Los hipnóticos dibujos de colores en el cielo nocturno y el ruido que producen las explosiones son sinónimo de alegría que se suma a la algarabía.

Los petardos consisten en pólvora en una pequeña carcasa de cartón o papel con una mecha. Para que explote hay que encender la mecha que eleva la temperatura en el interior de la carcasa y activa la pólvora. Esta es una mezcla de nitrato potásico, clorato potásico, carbón y azufre, es decir, sustancias ricas en oxígeno (fundamental para la combustión) y otras ávidas de capturar ese mismo elemento químico, es decir, quemarse.

La explosión se produce porque la combustión de estas últimas sustancias de la pólvora hacen que se formen gases a una velocidad vertiginosa. Estos aumentan tanto la presión en el interior de la carcasa que la hacen estallar con violencia.

Los gases son dióxido de carbono, monóxido de carbono, nitrógeno y dióxido de azufre, cloro, entre otros, y son los responsables de ese olor tan característico de los petardos.

Fuegos artificiales

Los fuegos artificiales son, a grandes rasgos, petardos sofisticados. Estos son más grandes y potentes, tienen color cuando explotan y lo hacen en las alturas, gracias a un disparador que los eleva.

Las fábricas de pirotecnia guardan con recelo la recetade los fuegos artificiales

Cuanto más vivo, brillante y duradero sea el color de las luces en el cielo más apreciado es el producto. Por eso las fábricas de pirotecnia guardan con recelo la receta con las proporciones de las sustancias químicas que lo producen.

En su mayoría son sales metálicas que se mezclan con la pólvora. Según el metal el color del fuego de artificio será uno u otro. Por ejemplo, las sales de calcio estallan en naranja, las de cobre en azul, el bario en verde y el estroncio en rojo. En función de la mezcla, se pueden conseguir efectos sorprendentes como un estallido en dorado para a continuación cambiar a otro color, como verde o violeta.

Hacer volar los pertados

Para que se eleve el fuego artificial se añade al petardo otra carcasa con más pólvora que sirve de propulsor. Los sistemas de disparo también son elementos cruciales para el éxito del fuego artificial.

Los petardos son artículos peligrosos que deben utilizarse con suma cautela. La edad mínima para lanzar petardos de muy baja peligrosidad son 12 años, según establece la ley europea. Aún así, es recomendable hacerlo bajo la supervisión de un adulto. Los fuegos artificiales solo los puede manejar un experto.

La cohetería nació en China, con la creación de la pólvora en el siglo II, aunque hasta el siglo VIII no se empezó a fabricar. En el siglo XII los chinos y los mongoles ya usaban fuegos de artificio como espectáculo festivo y también para dar más dramatismo a las batallas y amedrentar al enemigo.

Llegaron a España de la mano de los alquimistas árabes en el siglo VII. Introdujeron el invento en Valencia y Murcia donde los petardos se han quedado arraigados con extrema fuerza. Desde entonces hasta ahora las creaciones con los elementos pirotécnicos en nuestro país se han sofisticado mucho y se han convertido en todo un arte.

Con las cenizas de un pariente muerto

Una manera original de despedir a un ser querido fallecido es mediante fuegos artificiales hechos con sus cenizas. El servicio lo oferta la empresa funeraria lapidasparanichos.com.

Ellos se encargan de elaborar las cenizas a partir del cadáver y la empresa valenciana especializada en productos pirotécnicos Europla se encarga de hacer el fuego artificial y lanzarlo en un escenario elegido por la familia. Debe ser un espacio abierto y suele tener un significado especial para el difunto.